Publicado por Roberto Mendoza Ruiz en / 0 Comentarios
Ogiwara Seisensui, así se hacía llamar Ogiwara Tökichi, nacido a finales del Siglo XIX, tuvo una infancia complicada en la que sus dos hermanos fallecieron. Esto le convirtió en un joven rebelde y crítico con los sistemas educativos. Se dedicó a la bebida siendo adolescente y su entrada en el Instituto Azabu le hizo cambiar de hábitos, comprometiéndose con los estudios y llegando a entrar en la Universidad de Tokio donde se especializaría en lo que conocemos como estudios lingüísticos.
Su vena rebelde corría por sus venas, y cuando descubrió el haiku se sintió tan atrapado por él que se dedicó en cuerpo y alma, eso sí, siendo un defensor de nuevas tendencias dirigidas a cambiar el estilo de este arte como la libertad de su estructura silábica o incluso obviar la estacionalidad del haiku, hechos que se muestran en su Haiku teisho creado en 1917.
Una muestra de sus tendencias se observa en este haiku de estilo libre:
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- ¡Ecoo! - llama el hombre
- solitario.
- ¡Ecoo! - responde la montaña
- solitaria.
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Falleció en 1976 en su ciudad natal con más de doscientos trabajos realizados y siendo un miembro reconocido de la Academia de Arte del Japón.
Cuando canta la cigarra,
cuando canta en coro
y el sol muere.